sábado, 16 de octubre de 2010

AVENA

Además de ser valiosa fuente de carbohidratos, vitaminas, minerales y proteínas, la avena ha demostrado gran utilidad para quienes sufren problemas digestivos, sobrepeso, diabetes o altos niveles de colesterol. Por si fuera poco, cuando se consume con leche se convierte en un desayuno ideal y bien equilibrado desde el punto de vista nutricional.
Documentos e investigaciones arqueológicas han demostrado que la avena (Avena sativa) es conocida desde tiempos muy remotos por el ser humano, pero también indican que no todas las culturas antiguas le daban el mismo valor; unas le tenían gran estima por su adaptabilidad a climas adversos y su utilidad en la elaboración de sopa, galletas o pan, mientras que para otras era inconcebible la simple idea de ingerirla.
Así, mientras que los egipcios la consideraron una hierba dañina que perjudicaba el crecimiento de otros granos, y los griegos y romanos la menospreciaron al dar preferencia al consumo de trigo, centeno y cebada, los germanos y sajones, del norte de Europa, así como los árabes e hindúes, de Asia central y occidental, fueron sus asiduos consumidores y los responsables directos de su selección, mejoramiento y difusión.
La historia ha puesto poco a poco las cosas en su lugar, por lo que ahora sabemos que consumir avena es un hábito saludable debido a la gran cantidad de nutrientes y energía que contiene, sin olvidar su capacidad para aliviar trastornos digestivos y amortiguar los efectos del estrés. Asimismo, cuenta con propiedades protectoras e hidratantes que le han convertido en ingrediente ideal para la elaboración de productos que cuidan la piel con delicadeza.

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